Sobre la Autora de la novela «Dos vidas»

Kora (Concordia) Antarova fue una renombrada cantante de ópera rusa, poseedora de un raro contralto, fiel discípula del famoso director de teatro Konstantin Stanislavski y solista del Teatro Bolshói (literalmente Gran Teatro) de Moscú. También destacó como talentosa pedagoga, escritora y Artista Emérita de la RSFSR (1933).

Nacida el 13 de abril de 1886, en el apogeo de la Edad de Plata de la cultura rusa, Kora Antarova fue dotada de una voz única - un contralto de registro bajo y sonido cautivador, reminiscente de un violonchelo. En 1908, fue aceptada en la compañía del Teatro Bolshói, donde brilló durante casi 30 años. El repertorio de Antarova era extenso, abarcando todas las óperas montadas en el Teatro Bolshói durante ese período.

El encuentro con Konstantin Stanislavski* marcó un punto de inflexión en su vida. Durante varios años, él enseñó arte dramático en el estudio musical del Teatro Bolshói, expandiendo la conciencia de sus alumnos y despertando su espiritualidad. Kora Antarova inmortalizó estas lecciones en el libro "Conversaciones de K. S. Stanislavski en el Estudio del Teatro Bolshói de 1918 a 1922. Registradas por la Artista Emérita de la RSFSR K.E. Antarova".

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* Un actor, director y teórico teatral ruso de gran influencia (1863-1938). Cofundador del Teatro de Arte de Moscú y creador del famoso método de actuación basado en el realismo psicológico que buscaba que los actores proyectaran emociones auténticas en el escenario.

Tras retirarse de los escenarios en 1932, Antarova se dedicó a la enseñanza y a la escritura, creando varios libros, incluyendo la famosa novela esotérica "Dos Vidas". Entre 1930 y 1932, también trabajó como bibliotecaria en la Biblioteca Pública de Leningrado (ahora — San Petersburgo).

Los contemporáneos recordaban a Cora Antarova con profundo respeto y calidez: "Sí, somos afortunados, nos comunicamos con ella, escuchamos su voz, vimos sus ojos brillantes, llenos de humor, que comprendían toda la esencia de la persona frente a ella. Tal vez no siempre es agradable cuando te ven por dentro, pero la bondad que brillaba en esos ojos suavizaba estos sentimientos mezquinos. Y aunque no siempre te acariciaban la cabeza, salías de la presencia de Cora Evgenievna* con la sensación de tener alas en la espalda.

La gente se sentía atraída hacia ella, le contaban sus problemas, sus penas, hablaban de sí mismos. Y ella, contrariamente a los modales habituales de los artistas, nunca hablaba de sí misma, no recordaba sus éxitos, aunque había mucho que recordar... Uno quería verla, no quería irse de su lado. Y Cora Evgenievna, con su presencia, como que elevaba a las personas, y a veces simplemente daba la oportunidad a quienes habían llegado a la desesperación de recuperar la fuerza para vivir, y vivir con el corazón pleno. Decir que era una persona de altas cualidades morales y bondad extraordinaria no hace justicia, en relación con ella suena pálido e insuficiente. Era sencilla en su trato, extraordinariamente amable con todos, benevolente, pero... se sentía la fuerza que emanaba de ella.

Cora Evgenievna era talentosa en todo, incluso cuando cocinaba. Y todo a su alrededor era hermoso. Ella misma era hermosa, aunque la recuerdo ya como una mujer bastante mayor. Tratando con ella en un ambiente hogareño, viviendo en la dacha, nunca la vi despeinada o vestida descuidadamente. Y la habitación en la que se encontraba parecía hermosa, y todas las cosas a su alrededor." (de los recuerdos de Marina Strizhenova)

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* Es un patronímico ruso que indica que una persona es hija de alguien llamado Evgeniy (Eugenio en español). Se forma añadiendo el sufijo "-ovna" al nombre "Evgeniy". Este tipo de nomenclatura es común en la cultura rusa y se usa en situaciones formales.

La vida oculta

Cora Antarova tenía una profunda conexión espiritual con la Hermandad Blanca. Semión Tiulaev, el más antiguo experto en arte e indología, que se consideraba discípulo de Antarova, escribe en sus memorias que Cora Antarova conocía a algunos miembros de la Sociedad Teosófica, creada por la conocida filósofa religiosa Helena Blavatsky.

Cora tenía su propio Maestro y conexiones con Shambhala, el órgano central de gobierno y lugar de residencia de los Grandes Maestros que promueven la evolución de la humanidad. Se considera que Shambhala se encuentra tanto en el desierto de Gobi como en el Himalaya. Una vez, ella anotó este mensaje: "El Maestro nos pide que no realicemos actos heroicos, sino que simplemente cumplamos con nuestros deberes cotidianos cada hora, cada minuto. Ni más, ni menos."

Cora Antarova escribió la novela "Dos vidas" durante los años de la Segunda Guerra Mundial, viviendo en Moscú. Creó el libro a través de la comunicación con su verdadero autor mediante la clarividencia auditiva. Este método también fue utilizado por Helena y Nikolai Roerich, autores de la "Ética Viviente", y Helena Blavatsky, autora de la "Doctrina Secreta". La cercanía ideológica de estos libros se hace evidente al leerlos. Pero la singularidad de la novela de Antarova radica en que por primera vez pudo ilustrar una enseñanza compleja y poco accesible para la comprensión en una forma literaria cautivadora.

Cora afirmaba que los personajes principales de su libro "Dos vidas" — Grandes Almas que habían completado su evolución en la Tierra pero que permanecieron para ayudar a la humanidad — se comunicaron con ella durante la guerra y mantuvieron contacto hasta el final de su vida. Estas entidades espirituales le revelaron eventos del pasado y la ayudaron a escribir el libro a través de la clarividencia auditiva. La obra de varios tomos fue creada en un tiempo muy corto y se convirtió en el principal legado literario de su vida.

Después de la muerte de Antarova, el manuscrito fue guardado por Elena Ter-Arutiunova, su discípula espiritual. Elena incansablemente daba a conocer la novela a los lectores interesados, y después de la publicación del libro en 1993, entregó el manuscrito a la Sociedad Roerich de Letonia para iniciar una nueva etapa en la vida de esta obra única.